Hoy vengo a hablaros de la magia en mi mundo: las Ocho Esencias Arcanas. En todas mis historias ha habido magia de alguna u otra forma, pero jamás os he hablado de cómo funciona la magia en mi mundo, tal vez porque tampoco me lo había planteado demasiado, a pesar de su vital importancia. Así que ya os hora de que sepamos cómo es la magia en mi mundo, cómo se percibe y cómo se canaliza.
Existen Ocho Esencias Arcanas, ocho formas de entender la magia. Por cada una de ellas existen hebras de magia que flotan en el aire, en mayor o mennor concentración. Normalmente son invisibles para los mortales, que son insensibles a ellas, salvo unos pocos. Cada tipo de hebras de magia, por siete de las ocho esencias, tiene sus propias formas de expresarse. La mayoría lo hacen a través del aire, los cuerpos vivos y los inanimados. Un hechicero, al canalizar hebras de magia, por el medio que sea, la consume momentáneamente, para liberarla de nuevo, una vez ha terminado el hechizo. La única de las ocho que carece de sus propias hebras de magia, es la Antiesencia, pero puede canalizarse usando cualquiera de las siete hebras de magia, consumiéndola para siempre. Por ello, cada vez hay menos magia en el mundo, pues la Antiesencia la está consumiendo. La magia fue abundante durante la Edad de los Elfos, pero escasea en la de los Hombres, debido al uso indiscriminado de la Antiesencia, que siempre estuvo prohibida para los elfos, pero no para otras especies. Cuando los hombres alcanzaron conocimiento, al conocerla, la utilizaron para sus propios fines sin mesura.
Cada esencia es percibida y canalizada de diferentes formas, según la naturaleza de la propia esencia. Además, cada esencia tiene posibles variantes, por ejemplo, la Esencia Vital sirve para sanar, pero también puede convertirse en necromancia, para hablar y levantar a los muertos. Depende de cómo uno la interprete y la utilice. Generalmente un hechicero domina una sola esencia, o una variante de la misma. Lo mismo ocurre con la Antiesencia, un hechicero debe saber utilizarla, además de saber utilizar una esencia más, para consumirla.
No descarto que exista otro tipo de magia, tal vez de origen divino, en mi mundo, pero no sería una de las esencias, que tanto maravillaron a elfos y hombres. Se construyeron muchos colegios de magia, donde se estudiaron sus procesos y se aprendió su uso, el más conocido de ellos fue, tal vez, Torres Mirdan, la Ciudad de las Ocho Esencias, en la Tierra de Anne. Fue construía por los elfos de Laentis-Anne durante la Edad de los Elfos, en un lugar donde fluían las siete hebras de la magia con intensidad. En un alto promontorio sobre la estepa levantaron ocho magníficas torres, cada una destinada a servir para el estudio de cada una de las esencias. Es una pena que los vesorianos la conquistaran y la arrasaran en el año 181 (calendario de la Tierra de Anne). Sobre sus ruinas, Odín, la Bruja Bella, haría crecer una enredadera de donde nacerían demonios. Desde entonces se consideraría un lugar maldito. De todas formas, a lo largo de todo el mundo se construyeron colegios para su estudio, pues los elfos colonizaron todo el planeta, o lo que quedaba de él. Tal es el caso, por ejemplo, de la Torre de Dävoros, en Scara, la Ciudad Sagrada, donde se desarrolla El Tratado de Yandalath, el cuento en que estoy trabajando ahora.
A continuación os presento las Ocho Esencias Arcanas:
La Esencia Natural. Sus hebras son emanadas de la naturaleza y el clima. Su magia afecta además de ellas, a las plantas. Es abundante durante fenómenos climatológicos adversos y en presencia de mucha vegetación.
La Esencia Vital. Sus hebras de magia emanan de todas las formas vivas, y permite la sanación. Por otro lado, también emana de lugares donde ronda un espíritu. Es abundante en lugares donde hay muchas formas de vida juntas, y por otro lado, en cementerios o lugares donde hubo masacres.
La Esencia Astral. Sus hebras de magia emanan de las estrellas y el sol. Su poder se ejerce sobre la luz y los propios astros, por lo que sus hechiceros son capaces de manipular ambas cosas. Su conocimiento requiere grandes periodos de tiempo observando y estudiando el cielo nocturno.
La Esencia Elemental. Sus hebras de magia están presentes en objetos y elementos. Sus hechiceros son capaces de manipular cualquier material, de transformarlo e incluso darle vida. Su manejo suele implicar modificar objetos o elementos.
La Esencia Onírica. Sus hebras de magia solo existen en los sueños. Los que saben canalizarlas pueden manipular sus sueños o los de otros. Con mucha concentración y práctica, puede lograrse durante la vigilia.
La Esencia Temporal. Sus hebras fluyen con el paso del tiempo, por lo que son abundantes, a pesar de que muy pocos sepan de su existencia, y aún menos lo que sepan canalizarlas. permiten viajar en el tiempo y manipularlo al antojo.
La Esencia Etérica. Sus hebras de magia flotan en otro plano, que no existe para los mortales. Solo algunos saben cómo comunicarse con ese plano, lo que puede venir como don natural de nacimiento, o tras mucho estudio. En el Plano Etérico flotan además los pensamiento y las emociones, así como terribles demonios. Al conectar con el Plano Etérico, es posible traerlos a este mundo.
La Antiesencia. No existen hebras de magia para la Antiesencia, en su lugar, se deben consumir hebras de magia de cualquiera de las otras siete esencias. La Antiesencia está prohibida en la mayor parte del mundo por los elfos, pero los hombres la usan a menudo. Para hacerlo, se debe estudiar mucho, pocos llegan a alcanzar su comprensión. Y además, deben conocer otra esencia para poder utilizarla, consumirla con la Antiesencia.
Lo cierto es que no todas las hebras de magia están igual de disponibles. Tal vez, la esencia más abundante fue la Esencia Natural, pero en realidad depende de la situación. Por la noche la Esencia Astral es más abundante que de día, y la Esencia Elemental puede estar muy presente en un objeto determinado, pero no ser percibida si no se toca. Os seguiré hablando de las Ocho Esencias Arcanas, a medida que vaya sabiendo más de ellas.
¡Hasta pronto!